Triunfar en una industria tan competitiva como la musical es cada vez más difícil para los nuevos artistas. En un ámbito saturado de alternativas, las posibilidades de darse a conocer han aumentado significativamente con las redes sociales, pero también lo ha hecho la competencia.
Por ello, ya no basta con distinguirse sólo a través del talento o del género musical. El estilo y el aspecto físico se han convertido en las principales herramientas de un músico para salir del anonimato y captar la atención de su público potencial.
Una mirada compartida por los expertos de la estética
Cuando se consulta a los profesionales de la salud sobre este fenómeno, el consenso es claro: la apariencia es fundamental para que un músico triunfe en el mercado actual. Si bien la tendencia es hacia una mayor aceptación del propio cuerpo y sus defectos, la población en general y los fanáticos en particular todavía buscan en sus ídolos ciertos cánones de belleza y perfección que solo pueden alcanzarse con la ayuda de lo mejor de la medicina cosmética.
Centros de primer nivel como Motiva, referentes del sector, sostienen que una gran proporción de los pacientes que realizan consultas en sus establecimientos anhelan tener los rasgos físicos de las estrellas más populares de la música. Esto es una muestra de que, además de su producción artística, el aspecto es un activo relevante para cualquier artista que quiera alcanzar una enorme popularidad alrededor del mundo.
Adaptarse a los nuevos formatos de distribución o desaparecer
Este problema afecta no solo a los músicos que dan sus primeros pasos en el ambiente, sino también a los grupos musicales y cantantes con una larga trayectoria. Por el fuerte cambio de los hábitos de consumo de los melómanos alrededor del mundo, orientado hacia los servicios de streaming y el acceso «on-demand» a sus canciones preferidas, la figura de los grupos se está desgastando rápidamente.
Quienes antes esperaban con ansias los lanzamientos promocionales y los tours organizados por las principales discográficas, hoy prefieren seleccionar producciones musicales individuales, lejos de la idea de los antiguos álbumes conceptuales y las giras de presentaciones de nuevos discos. Los músicos deben actuar como promotores diarios de sus nuevos trabajos en las redes sociales y lograr llamar la atención de un público cada vez más difícil de sorprender. En este sentido, desarrollar una estética y una apariencia particular ya han dejado de ser una marca de estilo para convertirse en un método de supervivencia.